A nado, Odiel abajo, Tinto arriba
«No soy DavidMeca», dijo ayer José Luis Orta, un abogado de 44 años que tiene tres vértebras selladas y 44% de minusvalía, limitaciones físicas que no le impiden ser un gran aficionado a la natación y haber cruzado a nado hace dos años el Estrecho.
Hace unos meses una fotografía de la ría colocada en el juzgado le inspiró el desafío de recorrer el sur de Huelva a nado, bajando el río Odiel y subiendo el Tinto, con una travesía de alrededor de 20 kilómetros que comenzará este sábado a las 11.30 horas en el Muelle de las Canoas y que terminará varias horas después en deMoguer.
«Cuando lleve 15 o 20 minutos me va a empezar a doler la espalda, pero prefiero nadar con dolor que quedarme en el sofá a ver un partido del Mundial», señaló Orta, que hace gala de un espíritu bravo que le hace huir de la inactividad. Equipado con un traje de neopreno y acompañado por un par de embarcaciones con amigos que le apoyan y le prestarán asistencia, saldrá del Muelle de las Canoas para pasar después por del Muelle del Tinto, el Real Club Marítimo, junto al Monumento a Colón, bajo el puente que va a Mazagón e internarse en el Tinto, La Rábida, Palos de la Frontera, el Muelle de la Victoria, las balsas de fosfoyesos y Moguer.
Uno de los puntos de su recorrido quemás expectación crea es su paso por los fosfoyesos, algo que no inquieta al nadador. «He razonado lo que voy a hacer y lo haré con todas las consecuencias. Si es peligroso que nade, también deberíamos preocuparnos por toda la gente de Huelva. Invito a que esa preocupación que se pueda tener por mí se amplíe a 150.000 personas que viven en la ciudad. Que cada uno en su conciencia reflexione», argumentó Orta, que también quiso dejar claro que «no quiero ser bandera reivindicativa de nadie».
Para preparar este reto ha nadado 1.000 kilómetros este invierno y asegura estar «capacitado y fuerte», aunque es consciente de que su tentativa «implica un sufrimiento y no garantizo el éxito». Entre otras cosas porque estará expuesto al cambio de corriente que hay en la confluencia de los dos ríos y a los remolinos del Tinto, así como a que se encuentre con una mañana fría, algo que afectaría a las prótesis de su espalda.
Por eso, José Luis Orta no va de héroe y afirmó ser una persona «muy frágil, no soy deportista de élite, me contracturo hasta bostezando», aunque indicó que «me tiene que venir algo muy mal para que no lo consiga».
Hace unos meses una fotografía de la ría colocada en el juzgado le inspiró el desafío de recorrer el sur de Huelva a nado, bajando el río Odiel y subiendo el Tinto, con una travesía de alrededor de 20 kilómetros que comenzará este sábado a las 11.30 horas en el Muelle de las Canoas y que terminará varias horas después en deMoguer.
«Cuando lleve 15 o 20 minutos me va a empezar a doler la espalda, pero prefiero nadar con dolor que quedarme en el sofá a ver un partido del Mundial», señaló Orta, que hace gala de un espíritu bravo que le hace huir de la inactividad. Equipado con un traje de neopreno y acompañado por un par de embarcaciones con amigos que le apoyan y le prestarán asistencia, saldrá del Muelle de las Canoas para pasar después por del Muelle del Tinto, el Real Club Marítimo, junto al Monumento a Colón, bajo el puente que va a Mazagón e internarse en el Tinto, La Rábida, Palos de la Frontera, el Muelle de la Victoria, las balsas de fosfoyesos y Moguer.
Uno de los puntos de su recorrido quemás expectación crea es su paso por los fosfoyesos, algo que no inquieta al nadador. «He razonado lo que voy a hacer y lo haré con todas las consecuencias. Si es peligroso que nade, también deberíamos preocuparnos por toda la gente de Huelva. Invito a que esa preocupación que se pueda tener por mí se amplíe a 150.000 personas que viven en la ciudad. Que cada uno en su conciencia reflexione», argumentó Orta, que también quiso dejar claro que «no quiero ser bandera reivindicativa de nadie».
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